Tenemos en Colombia una nueva política en materia de Propiedad Intelectual (PI), el CONPES 4062 de noviembre 29 de 2021 formulada a diez años con un costo calculado de 21.403 millones de pesos cuyo objetivo principal es “Consolidar la generación y gestión de la PI y su aprovechamiento con herramientas para incentivar la creación, innovación, transferencia de conocimiento, e incrementar la productividad del país”. Desde ya augurarle los mejores éxitos.
Antes de entrar a comentar generalidades del CONPES no podemos dejar de lado las vivencias experimentadas por muchos años frente al devenir de la PI en el país que nos han permitido constatar una brecha tecnológica grande. Tampoco, desechar las estadísticas en materia de protección, ni ignorar los significativos avances que los diferentes actores han tenido, principalmente las universidades, y las oportunidades de mejora que resultan de estos análisis, en las cuales todos los actores de la I+D+i estamos comprometidos, pues son varias las rutas ya iniciadas que deben seguir su marcha, pero muchas las necesidades y vacíos de políticas y objetivos bien enfocados. Desde esta perspectiva es que hemos dado una mirada al CONPES 4026.
Teniendo en cuenta que el desarrollo de un país se mide también por el volumen de Derechos de Propiedad Intelectual (DPI), es obligado ver al menos con dos de ellos, cómo ha avanzado o no la protección mediante los registros en Colombia y así encontramos que del año 2019 al 2021 pasamos de 31.500 solicitudes de signos distintivos a 34.010 y en patentes de 2.169 a 2.287. Cifras que demuestran que no hubo un aumento significativo pero que se mantuvo a pesar de la pandemia. Viendo las cifras desde lo regional encontramos en su orden que Bogotá, Antioquía, Valle del Cauca, Atlántico y Cundinamarca dan origen al mayor número de solicitudes nacionales, con lo cual sigue siendo la innovación un tema concentrado en estas regiones por lo que se espera que la política articulada que el nuevo CONPES nos pone de presente extienda estos indicadores al resto del país. A nivel global Colombia se encuentra relegada en el ranking y como lo dice el resumen ejecutivo del CONPES, sigue siendo insuficiente la generación y el aprovechamiento de los activos de PI «económicamente valiosos» y son muchos los factores que llevan a esa conclusión y que el reciente CONPES tiene como propósito superar.
La política se plantea cinco objetivos, [i] y no podemos negar que ha sido un trabajo juicioso que intenta ejecutar las actividades puntuales en su anexo A, con los cuales quiénes hemos estado al frente de la protección, gestión, transferencia y comercialización de la PI, nos sentimos identificados.
Por supuesto que llama mucho la atención el primer objetivo sobre las condiciones habilitantes en el sistema de la propiedad intelectual, para la creación y gestión de activos de PI, en particular porque contempla el diseño de un fondo de financiamiento de potencial innovación y tecnología, que espera llegar al 100% de cumplimiento en el año 2028, y qué busca recursos del sector público y privado, que preste servicios de monetización de los activos intangibles con una administración y seguimiento a los portafolios. En paralelo, el mapeo periódico con recomendaciones sobre los instrumentos a cargo de las entidades del orden nacional relacionados con la propiedad intelectual con miras a la afectividad de la articulación para la competitividad. Y aunque la extensión de este artículo no permite profundizar sobre tantas actividades previstas, si es del caso resaltar, que la transferencia y la comercialización de los DPI, están presentes en diferentes actividades a diseñar e implementar dentro de esta estrategia.
Resulta muy interesante la actividad relacionada con diseñar e implementar una estrategia que se apoya en los aprendizajes de los programas implementados por las entidades del sistema de propiedad intelectual para fortalecer los portafolios de estos derechos de PI, pues tiene en cuenta la vigilancia tecnológica, la asesoría en los procesos de negociación, y estrategias de marketing, resaltando que se busca facilitar la conexión, entre la oferta de servicios y la demanda por parte de las empresas, que hoy presenta un vacío muy grande.
También muy oportuno el enfoque hacia el diseño e implementación de estrategias que den salida a los productos alimentarios agropecuarios y artesanales bajo denominaciones de origen, y de otra parte el impulso a las marcas colectivas y de certificación, que son una herramienta aún sin explorar de manera significativa en nuestro país y como lo demuestran otros países, son una herramienta eficaz para mejorar la comercialización de nuestros especiales productos colombianos y lograr mejores precios en el mercado internacional, más conciencia de país y mayor visualización a nivel global.
Plausible la importancia que se le da al recurso humano, que es un aspecto clave no solamente en las entidades nacionales sino también en el sector empresarial. Por ejemplo, se plantea realizar un estudio de brechas de capital humano en el sistema nacional de la PI para identificar los perfiles estratégicos en gestión y comercialización de PI y hacer las recomendaciones para atender los vacíos identificados en este campo.
Y no quisiéramos terminar estaba breve referencia al CONPES sin destacar la mirada hacia los derechos de autor involucrando a las sociedades colectivas de gestión y sobre la necesidad de sensibilizar más a los usuarios de los derechos para resaltar la importancia de reconocer y pagar por ellos.
Sin duda son muchos más y también importantes, los aspectos que contempla la política consecuente con las realidades de nuestro país. Para este momento tenemos total incertidumbre en Colombia ante las elecciones presidenciales y al impacto de la pandemia, y nos preguntamos, cuál será la ejecución y seguimiento al Plan de Acción fijado en dicha política, pero esperamos que sea el mejor y PONS IP desde lo misional estará atenta a ver y participar activamente en la ejecución de estas políticas.
Gracias,
Claudia Caro
PONS IP
