PONS IP, consultora líder nacional en propiedad intelectual e industrial, ha participado en la presentación, disponible aquí y celebrada en la sede de Cotec, del informe ‘Uso responsable de la IA generativa: su utilidad empresarial y su enfoque en modelos de lenguaje de gran escala (LLM)‘.
El documento, que puede descargarse aquí, es el resultado de un Grupo de Trabajo de Cotec, coordinado por las empresas Repsol y Tecnatom, en el que han participado más de 40 representantes de organizaciones Miembros de la Fundación. El documento recoge una serie de recomendaciones prácticas para la implementación responsable de esta tecnología en el ámbito empresarial, en un foro que contó con la participación de los coordinadores del grupo por parte de Repsol, Juan José Casado, director digital, y Julia Díaz, responsable del área de Ciencia de Datos. Por parte de Cotec participó el director general, Jorge Barrero, y la directora de Estudios y Gestión del Conocimiento, Adelaida Sacristán. En la clausura del acto intervino el director general de Digitalización e Inteligencia Artificial, Salvador Estevan.
La Inteligencia Artificial continúa avanzando y ahora son las administraciones quienes deben actuar en consecuencia. La Unión Europea es la principal institución que ha decidido “abanderar” esta causa y, por tanto, es la primera que está trabajando en la regulación de la Inteligencia Artificial. A este respecto, la UE se ha centrado en tres pilares. El primero de ellos, es el propio reglamento de uso de IA. Para conocer si una empresa puede utilizar esta tecnología, la UE propone evaluar tres escenarios de riesgo, siendo estos “inadmisible”, “muy alto” y “bajo”. De esta manera, la UE pasa a marcar unos estándares de diligencia que estudien aspectos de diferentes ámbitos como pueden ser la calidad la transparencia o la supervisión humana, entre otros. De esta manera, la UE evita marcar pautas muy específicas que puedan quedar obsoletas en un periodo de tiempo muy corto, ya que la IA avanza a gran velocidad.
Otro de esos pilares es el de la prevención, la responsabilidad. La UE está trabajando en la propuesta de Directiva sobre normas de Responsabilidad Extracontractual específicas para la IA. En otras palabras, pasará regular el grado de responsabilidad que asumirán las empresas que utilicen la IA en caso de que esta falle. Por último, la UE se está fijando en los cambios paulatinos a nivel legislación que están llevando a cabo otros sectores que regulan productos como pueden ser los juguetes o las herramientas médicas, entre otras.
Nuestra directora del Área de Propiedad Intelectual, Consultoría e Innovación Tecnológica, Violeta Arnaiz, ha participado en esta presentación del informe junto al responsable de IA y Ciencia de Datos de ORANGE, Francisco Borja Escalona; y la directora de soluciones informáticas para Energía de CAPGEMINI, María Luisa López moderados por la directora de innovación de la UNIR, María Luisa Villegas.
Durante el coloquio, Arnaiz ha comentado algunas dificultades que se puede encontrar la UE a la hora de legislar la IA. La primera de ellas, pese a que pueda parecer obvia, no es baladí, pues “abordar un cambio de tal magnitud puede ser complicado para la UE por la naturaleza de la propia naturaleza de la Unión. Deben ponerse de acuerdo diferentes países con tradiciones e intereses económicos distintos”. Además, planteó la dificultad que puede encontrarse la UE al intentar legislar en aspectos que cuenta ya con normativas. “La IA generativa ha impactado de una manera muy evidente, como, por poner un ejemplo, la legislación de propiedad intelectual o la de patentes. En este punto, el impacto es por todos conocido, pues hasta ahora la creación artística o el desarrollo de invenciones eran actuaciones esencialmente humanas, y las leyes actuales están construidas desde esa premisa. Ahora, roto el monopolio de la creación exclusivamente humana, la IA nos está dejando muchas incógnitas que aún están por resolver”, ha valorado.
A la hora de incentivar la innovación, la normativa puede, en ocasiones, verse como un obstáculo. Sin embargo, Violeta Arnaiz avisó de que esta problemática no es nueva por la llegada de la IA. Ha sucedido con anterioridad en aspectos que se contraponen como pueden ser el honor y la libertad de expresión; la intimidad y el derecho a la información; y la protección de datos y la seguridad.
Por tanto, quiso concluir que “para realizar esta ponderación, la técnica utilizada por el legislador europeo, en este caso, ha sido la realización de EVALUACIONES DE IMPACTO, a través de las que medir el grado de riesgo o de peligrosidad que implica la adopción de estas tecnologías en determinados contextos. Y una vez hecho este ejercicio, se establece un sistema tipo semáforo, como el que hemos comentado. Es una manera, como otras posibles, de abordar ese punto medio, y así es como lo ha hecho en este punto la UE”.
Entre las propuestas que hace el documento se incluye la creación de un gobierno sólido en torno a las diferentes fases del ciclo de vida de los desarrollos basados en IAG. “En cada uno de los desarrollos donde implementemos este tipo de soluciones deberemos considerar las repercusiones éticas y sociales de esta tecnología, siendo conscientes de que preservar la privacidad o la seguridad de los datos que usemos es fundamental”, dicen los autores.
De igual modo insisten en la importancia de “asegurar que los sistemas de IAG que se adopten sean responsables en su uso, asegurando que no se promueva la discriminación o la desigualdad, ni tampoco la degradación del medio ambiente, puesto que estos sistemas son intensivos en el uso de recursos.
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